Es una receta para hacer en un rato, le llegan visitas y tranquilamente mientras ellos conversan usted puede ponerse a hacer pastelitos de queso, lo único que tiene que tener en cuenta es que a medida que se van cocinando hay que servirlos para que no se enfríen ni se desinflen. El queso es la típica entrada que puede combinarse con un buen vino, mientras hacemos los platos principales o se disfruta un rato en familia o amigos.
Estos son los ingredientes:
1 taza de harina
1 cucharada (y cantidad necesaria para freir) de aceite
Sal a gusto
agua cantidad necesaria (tibia)
queso fresco, cantidad necesaria
Preparación:
1- ponga la harina sobre la mesa y haga un hueco en el centro.
2- en el hueco ponga el aceite y la sal, vaya uniendo los ingredientes agregando de a poco el agua tibia necesaria hasta obtener un tiernísimo bollo que no se pegotée.Trabaje hasta que quede lisita. Tape y repósela media horita.
3- Estire la masa por partes, dejándola bien finita, casi transparente.
4- Recórtela en discos de dos tamaños: unos medio centímetro mas chicos que los otros.
5_ Coloque en el centro de los discos mas grandes unos trocitos del queso elegido. Pincele el borde de los discos con agua, tape el queso con los discos mas chicos y presione bien fuerte.
6- Levante el borda de masa excedente del disco grande (el de abajo) y dóblelo hacia adentro, sobre el borde más chico, presionando ambas masas (como si estuviera marcando un dobladillo), arme así todos los pastelitos.
7- en una sartén con aceite caliente, fría los pastelitos con «el dobladillo para abajo».
8- Mientras se fríen, báñelos continuamente con el aceite, utilizando una cuchara. PERO JAMÁS LO DE VUELTA!
9- En cuanto los pastelitos se inflen y los bordes se noten suavemente dorados, escúrralos y sírvalos enseguida!
Deben comerse a medida que se escurren para que no se desinflen.
Este plato es increíblemente rico. No dejen de probarlo.
Salute!