Confucio decía que si se adquieren los hábitos de amor y respeto en el hogar, uno naturalmente prolonga esta actitud mental a otras personas y a las autoridades del Estado. Y así se expresaba: «Cuando las familias individuales han aprendido la bondad, y cuando las familias individuales han aprendido la cortesía, entonces todas las naciones habrán aprendido a respetar a sus superiores y a tener correctas actitudes mentales y morales para llegar a ser buenos ciudadanos.»
Sin necesidad de poner los ojos oblicuos, hace siglos que nos han enseñado: «Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres…»
Y, uno de los caminos más atractivos para educar al pueblo, no hay duda, son los medios gráficos y de televisión.
Cuanta razón tenía Orase Mann al referirse a este tema.: «En nuestra Patria y en nuestros tiempos no merece el honroso nombre de estadista el hombre que en todos sus planes de administración no incluye el de dar al pueblo la mejor educación posible».
